Enfermedades Profesionales. Cómo afrontar su prevención, gestión y protección

Publicado en Autónomos, Pymes, Trabajadores por el 31 enero, 2020 0 Comentarios

Dra. Clara Guillén Subirán
Jefa Departamento de Enfermedades Profesionales de Ibermutua

Analizar en profundidad las enfermedades que sufren los trabajadores en su lugar de trabajo y conocer en qué actividades y condiciones de trabajo ocurren, permite desarrollar acciones preventivas más eficaces. Un análisis epidemiológico sistemático de las tendencias temporales y espaciales del diagnóstico y de la notificación de estas enfermedades podría servir para poner de manifiesto situaciones reales y para disponer de más información orientada a diseñar e implantar programas preventivos. Todo ello promovería el diagnóstico precoz de estas patologías y podría favorecer su tratamiento en el momento más efectivo, cuando se manifiestan los primeros síntomas, fase en la que, con frecuencia, un buen número de estas afecciones son todavía reversibles.

Reconocer una enfermedad profesional (EP) es una oportunidad para actuar en el terreno preventivo; reconocer es esencial para prevenir. Establecer la relación entre la exposición y el daño no siempre es fácil pero es esencial para demostrar la causalidad de la misma en el terreno preventivo, ya que se refuerzan las actuaciones en vigilancia de la salud y sensibiliza para la adopción de medidas preventivas más eficaces. Si bien la mejora de la visibilidad de las enfermedades profesionales no implica automáticamente un avance en prevención.

Una herramienta interesante relacionada con la mejora en la prevención es el sistema de alertas de CEPROSS (Comunicación de Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social), que permite realizar una detección, en tiempo real, de posibles focos de siniestralidad de EP, entendiendo como tales las repeticiones de una misma EP en un centro de trabajo.

Sistemas de detección de sospechas de enfermedad profesional en las diferentes comunidades autónomas

Una de las novedades de la normativa vigente en EEPP fue el cambio en el sistema de declaración, que implica a los facultativos del Servicio Público de Salud y de los servicios de prevención en la comunicación de las sospechas de EP. Para dar cumplimiento a la obligación que recoge la legislación, algunas comunidades autónomas, no todas todavía, han desarrollado sistemas de comunicación de sospechas de EEPP centrados en los médicos de los centros de Atención Primaria o especializada y en los facultativos de los Servicios de Prevención.

Los sistemas que existen actualmente, aunque comparten una serie de elementos comunes, no son comparables. Algunos tienen legislación específica para ello; la designación del organismo competente en esta materia que han realizado es distinta; la dotación de recursos en número y distribución es heterogénea; hay diferencias en la definición de caso y en los criterios de inclusión de patologías; la formación de los facultativos en cada comunidad autónoma es muy variopinta; el sistema se ha desarrollado con/sin aplicación informática específica; los procedimientos para el consentimiento informado, para validación de la sospecha y para tramitar y retomar información también son diferentes y, aunque sí se va consiguiendo impacto sobre la declaración, siguen existiendo dificultades, muchas veces, en determinar los criterios de relación laboral.

Es necesario hablar de lo mismo, mejorar el intercambio de información y la coordinación de todos los profesionales implicados, para favorecer la detección precoz de este tipo de patologías y actuar de forma más rápida y eficiente. Actualmente, existen dificultades en las tareas de coordinación entre instituciones y estructuras tan diferentes, competencial y organizativamente.

Conclusiones: La complejidad de gestionar las enfermedades profesionales

La gestión de las enfermedades profesionales sigue siendo compleja, no tanto por su volumen sino por las características diferenciales que esta contingencia tiene en relación a otras, como las contingencias comunes o el accidente de trabajo. La diferenciación entre contingencias comunes y contingencias profesionales en la acción protectora de la Seguridad Social trasciende el plano puramente conceptual y se traduce en un régimen jurídico diferenciado para estas últimas, especialmente en el caso de las enfermedades profesionales, que hace que revista una enorme trascendencia calificar una determinada patología como enfermedad profesional.

Para realizar la valoración de una posible enfermedad profesional es imprescindible tener en cuenta la valoración del puesto de trabajo y la valoración de la capacidad del trabajador, así como verificar que el proceso cumpla los criterios diagnósticos y los criterios de relación laboral en cada caso.

El escenario gestor de las enfermedades profesionales está en permanente evolución, nuevas patologías y enfermedades emergentes, modificaciones legislativas, actualizaciones del cuadro de EEPP, etc. En este contexto, para mejorar el diagnóstico, y con ello la notificación de las EEPP, es prioritario fortalecer la calidad del diagnóstico y mejorar la capacitación de los médicos implicados. Es imprescindible contar con el conocimiento y la experiencia de los médicos especialistas en Medicina del Trabajo, potenciar su papel ya que, a pesar de su reducido número, son un activo de primer orden en la gestión de esta contingencia.

Además, es necesario fortalecer la prevención de este tipo de patologías, trabajar para la reincorporación al trabajo de estos trabajadores (estrategias de retorno y promoción de la salud en el lugar de trabajo) y tener en cuenta el impacto del envejecimiento de la población laboral. Por último, es necesario señalar la necesidad de coordinación entre las políticas públicas involucradas en la mejora de las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores: la política de Seguridad Social, la política de salud pública y la política preventiva.

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