Buenas prácticas para la gestión del cáncer en la Empresa Saludable
El 4 de febrero se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer, una de las enfermedades que más afectan a nuestra sociedad y que sigue constituyendo una de las principales causas de morbi-mortalidad del mundo. Dado la alta prevalencia de casos de cáncer en personas en edad de trabajar, – según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el 38% de las personas diagnosticadas con cáncer en 2018 tenían menos de 65 años- y el papel clave que tienen las empresas para promover y gestionar la salud, seguridad y el bienestar físico, mental y social de sus plantillas, en este post recopilamos una serie de medidas y buenas prácticas que, enmarcadas en modelos de Empresa Saludable, pueden servir de guía para todas aquellas organizaciones comprometidas con la gestión integral del cáncer de sus empleados y familiares directos.
Un diagnóstico de cáncer, ya sea como paciente o familiar de éste, los tratamientos médicos y quirúrgicos correspondientes y la posterior reincorporación laboral tienen un gran impacto en diferentes aspectos de la vida personal y profesional tanto del paciente como de los familiares directos. En este sentido, las empresas son una parte clave en el abordaje del cáncer, tanto desde el punto de vista preventivo, con la promoción de hábitos de vida saludable entre sus trabajadores, -fomentando una dieta y alimentación saludable, la práctica ejercicio físico de manera regular, un descanso adecuado y el abandono del hábito tabáquico y del consumo de alcohol-, y la realización de campañas de difusión para concienciar sobre la importancia de la prevención de los factores de riesgo y la detección precoz de determinadas enfermedades, así como por la realización de reconocimientos médicos periódicos en el ámbito de la empresa con perspectiva de género que incluyan el estudio y seguimiento de los cánceres más habituales (próstata para el hombre y pecho y ovarios para la mujer), como desde el punto de vista de la gestión prestacional y de los recursos y beneficios sociales que se pueden poner a disposición de los casos diagnosticados en empleados y sus familiares.
De hecho, y según datos recogidos en la Guía “El cáncer en la empresa: apuntes prácticos para Recursos Humanos”, elaborada conjuntamente por MD Anderson Cancer Center Madrid y Cigna España, cuyo objetivo principal es promover la definición de políticas y planes de acción integrales en las empresas relativos a la gestión, normalización y prevención del cáncer, ya hay un 20% de medianas y grandes empresas españolas que, estando comprometidas con las salud y bienestar de sus plantillas, han dado un paso adelante en el desarrollo de políticas integrales para el manejo y prevención de esta enfermedad y han puesto en marcha iniciativas específicas para la prevención del cáncer de sus trabajadores. Desde Ibermutua abogamos por que este porcentaje de empresas que apuestan por la gestión integral del cáncer, y de otras enfermedades graves, se incremente notablemente en un futuro próximo.
Buenas prácticas para el manejo del cáncer en el ámbito laboral
Iniciativas que, tal y como se recoge en la mencionada Guía, pueden partir de un protocolo de actuación que recoja el procedimiento a seguir cuando una persona comunica en la empresa que tiene cáncer y aborde programas específicos para estos empleados.
Medidas encaminadas a ofrecer al trabajador apoyo psicológico experto y herramientas para una gestión emocional de la situación, instaurar medidas de conciliación y flexibilidad horaria, con el fin de facilitar al máximo la conciliación entre trabajo, familia y tratamiento, revisar la política de beneficios sociales con el objetivo de adaptarla a la nueva situación del empleado, que incluyan seguros médicos privados, programas de descansos y permisos especiales para estos empleados, así como la reasignación o redistribución de tareas en función de sus necesidades concretas, de la evolución del tratamiento y de su impacto físico y psicológico, sin olvidar los planes de readaptación progresiva a las tareas en función de las capacidades del trabajador/a en el momento de la reincorporación laboral, con acciones que faciliten la vuelta al trabajo de manera paulatina una vez finalizado el tratamiento, son algunos ejemplos de las diversas medidas e iniciativas que pueden poner en marcha las empresas para la gestión de esta enfermedad.
Pero un diagnóstico de cáncer no sólo afecta a la propia persona que lo recibe, sino a todo su entorno más cercano. Por este motivo, la Guía “El cáncer en la empresa” señala que, en el caso de que sea un familiar de un empleado el diagnosticado de cáncer, también es importante que la empresa acompañe al trabajador a lo largo del proceso y le ayude a gestionar la situación desde un punto de vista laboral, emocional y psicológico. Así, además de las medidas anteriores, la empresa puede asesorar a estas personas sobre las opciones disponibles relativas a permisos por cuidado de familiares o solicitud de periodos de excedencia, y, en los casos de cáncer infantil, informarles sobre la prestación por cuidado de menores afectados por cáncer, que gestionamos las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social.
Principales factores de riesgo del cáncer
Los cánceres pueden deberse a múltiples causas y la mayor parte de ellos son consecuencia de la exposición a diversos factores causales distintos.
Es importante recordar que, aunque algunos factores no pueden modificarse, tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), un tercio de las muertes por cáncer son debidas a cinco factores de riesgo evitables:
- El tabaco (responsable de hasta un 33% de los tumores en el mundo y de hasta un 22% de las muertes por cáncer): Cuanto más fume una persona, cuanto antes empiece a fumar y cuanto más tiempo siga fumando, más aumenta el riesgo de cáncer.
- Las infecciones: los agentes infecciosos causan aproximadamente 2,2 millones de muertes por cáncer al año. Esto no significa que estos cánceres se contagien como una infección, sino que el virus puede provocar cambios en las células que las vuelvan más susceptibles de convertirse en cancerosas.
- El alcohol: está cada vez más demostrado que todas las bebidas alcohólicas causan diversos cánceres y el riesgo de padecerlos aumenta cuanto mayor sea el consumo de bebidas alcohólicas, e incluso la ingesta moderada de alcohol aumenta el riesgo de cáncer.
- El sedentarismo en general, y especialmente en el ámbito laboral: el sedentarismo en general se asocia con más presencia de cáncer de colon, pulmón, endometrio, ovarios y mama. El riesgo aumenta a medida que se acumulan más horas sentados: comparadas con las personas que pasan menos de 4 horas sentadas al día, el riesgo es un 15% mayor en quienes lo hacen entre 8 y 11 horas y se incrementa un 40% en quienes lo están más de 11 horas.
- Las dietas inadecuadas: la alimentación y la ingesta nutricional, sobre todo en el caso de las dietas con mucha carne roja, carne procesada y alimentos con sal y con insuficiente cantidad de fruta y verdura con poca fruta y verdura, repercuten en el riesgo de cáncer.
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